sábado, 29 de diciembre de 2012

Reseña #1: Hasta el viento tiene miedo.





Año: 1968. 

País: México.


Director: Carlos Enrique Taboada. 

Género: Fantasmas.






Sinopsis: Debido a una indiscreción de un grupo de compañeras de un colegio femenino, quedan castigadas dentro del plantel durante las vacaciones. El fantasma de una ex alumna atormenta a una de ellas, Claudia (Alicia Bonet) junto con sus otras compañeras se verán envueltas bajo el manto espectral del fantasma de Andrea y ese incesante viento que no deja indiferente a los personajes ni al espectador.

Impresión inicial: Película mexicana que es una de las joyas del cine de terror mexicano. Película que seguramente ''traumatizó'' e ''impacto'' a la generación de aquel entonces y las que vinieron. Antes de verla, creí que quedaría marcado de por vida... no me equivoqué, aunque no fue del modo ''terrible'' que creí en aquel momento (la vi a los 10 años estando solo en la casa mientras afuera el clima estaba igual de incesante que en la película)

Guión y desarrollo: Sin tener presente el criterio de niño (remontándome a la primera vez que la vi), me siento muy familiarizado con la trama, el como se va desarrollando la historia y creo que para alguien que quiera acercarse a la película, se encontrará con un ritmo más que correcto, tal vez ‘‘adelantado’’ para su época, ya que estoy de acuerdo con varias personas que la han visto por primera vez: Mientras se desarrolla la película y después de ese inicio que tiene, te vas encariñando e identificando con los personajes. Te involucras con la inocencia de Claudia, con la altanería de Ivette, el cinismo de Kitty, la timidez de Silvia, la chismosa de Josefina y las otras dos chicas (Marina y… no dicen el nombre de la otra chica, sino manténgase pendientes del nombre, obviamente se darán cuenta de quién hablo) que hacen entrañables sus personajes ya sea por sus momentos chuscos o de temor. Esas fueron las chicas (y ni tanto que algunas ya pasaban de los 20, incluso una de los 30), ahora tocan los personajes ‘‘maduros’’, los cuales tienen una evolución muy notoria. Es obvio que se notan los actos, y siento que ninguno se hace tedioso, sino como antes mencioné, uno se preocupa por los personajes y se encariña y/u odia.
Luego viene el personaje que ha causado (directa e indirectamente) el meollo de todo esto, la melancólica Andrea, ya que en cada aparición que ella tiene, ya sea por sus, ya clásicos ‘‘¡¡Clauuudia!!’’ o sus lamentos, su presencia o ausencia no deja indiferente a nadie. Si no es ella, es el viento, el cual es otro personaje a destacar.

Aspectos técnicos: Como en toda película de Taboada (o tal vez de la época), se repetía el metraje ya mostrado, ya fuera el audio (cuando las chicas buscan atrapar a un gorrión y cuando hace acto de presencia el búho) o escenas anteriores (cuando Silvia se queda paralizada en el momento que Josefina las sermonea por lo del incumplimiento de las reglas). No me agrada, pero por el amor que le tengo a esta película, casi se lo dejo pasar, es eso de que enciendan una vela y toda la habitación se ilumina, digo, ¡QUÉ VELA TAN MÁS POTENTE! O lo mismo con una lámpara o con la luz de la Luna (el momento en que Kitty busca el retrato de su novio y el gato aparece, chequen la luz). El efecto del viento (quiero suponer que no hubo efecto alguno, pero por si acaso) está muy bien logrado, las apariciones de Andrea y sus lamentos son contados, pero muy efectivos. Andrea, que no luce un maquillaje grotesco ni muy espectral, es un fantasma que te transmite tristeza y terror al instante, tal vez por su mirada hipnótica o por su look de principios de los 60’s. Los uniformes de las chicas son un clásico, al igual que sus peinados, que a mí que me gusta buscarle tres patas al gato, siento que cada una tiene su personalidad muy notoria y los peinados son un buen ejemplo de ellos. Otro aspecto es el juego de las sombras, mostrando ‘‘la verdadera personalidad’’ de cierto personaje, detalle muy bien cuidado aunque algo ‘‘facilito’’ para el espectador, que obviamente no es un achaque, ya que da pie para momento de tensión en la trama.

Actuaciones: Es el momento de la verdad, y lo digo porque no he mencionado a las que realmente se lucen en sus respectivos personajes, los cuales son muy opuestos: Lucía (Maricruz Olivier) y Bernarda (Marga López). Podría verme muy limitado al momento de hablar de actuaciones, pero tanto ellas como Alicia Bonet (Claudia) y Norma Lazareno (Kitty) se comen con patatas y gravy a las demás actrices y a los pocos actores de la película. Aunque como mencioné antes, uno las tiene identificadas por sus personalidades y no fallan precisamente en ese aspecto (la tímida no se hace guarrona ni la altanera se hace dulce). Resaltaría a Marga López que se da a odiar y a la vez, uno trata de comprender su dureza y su forma de encarrilar a estas chicas; y su contraparte, Lucía (Maricruz Olivier) que trata de guiar y aconsejar a las chicas, es la fuerza maternal que Bernarda no sabe plasmar bien, pero Lucía lo demuestra naturalmente. Uno termina deseándole lo mejor a este personaje.



Conclusión: ¿Qué más les podría decir? Amo y adoro esta película, tanto que… cuando me enteré del remake, pensé que le haría justicia a esta historia de horror gótico, que con los medios actuales corregirían esos aspectos técnicos algo bochornosos, pero ‘‘teatrales’’ de aquella época, pero… lo que aquí probablemente se insinúa sutilmente (hay que tener una mente cochambrosa como los que escribieron el ¿guión? del remake) en el remake lo anuncian con letras de neón y tamaño ballena azul (o tamaño Godzilla). Me encantan las actrices, me encanta la fotografía, la ambientación, el desarrollo de la historia y ese más que correcto final.

Curiosidades: Antes de esta película, Marga López ya había participado en otro clásico de Taboada [El libro de piedra] y en esa misma película hizo mancuerna con Norma Lazareno, la primera como institutriz y la segunda como madrastra, acá es curioso que la primera sea directora y la segunda sea estudiante. Hay cierta escena en la que, en internet perjuran que aparece un fantasma, que es el momento en que SPOILERS las chicas están atrapadas en el dormitorio, logran abrir la puerta, salen y antes de que cambie la toma, se ve una sombra que las sigue FIN DE SPOILERS puede que haya sido verdad, pero en ese momento, uno puede decir que, pudo ser un efecto de esa iluminación ‘‘excesiva e imprudente’’ que mencioné o en realidad si era uno (ya que no queda nadie cuando aparece). Es curioso que en varios lugares digan que ‘‘la chica sin nombre’’ se llame Liliana, cuando en ningún momento de la película la mencionan de esa manera (y eso que he visto la película más veces de las que debería de considerarse ‘‘normal’’), igual y alguna personas de aquella época y conocedora del elenco hizo esa aportación.


Calificación: 10/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario